sábado, 17 de noviembre de 2012
MANEJO DE LA CONDUCTA EN CASA
jueves, 22 de marzo de 2012
Construyendo un futuro ser.
Piense por un momento en cómo construir una casa. Primero que todo debe encontrar un terreno apto para la construcción; buscaríamos suelos estables, que no sean arenosos ni arcillosos. Debe planificar hacer su casa con materiales lo suficientemente resistentes y duraderos tal como el concreto reforzado. Sin embargo lo más importante sería que hiciera su casa sobre placas o “fundaciones” de concreto las cuales tienen la tarea más vital: sostener las columnas.
Una casa no se planifica a la ligera, probablemente tenga que invertir tiempo, dinero y otros recursos más para asegurarse de que a largo plazo su casa haya sido una excelente inversión que le garantice comodidad y seguridad.
Más o menos así es como sucede en nuestra vida. Como padres o madres jugamos un papel fundamental en la conformación de la personalidad de nuestros hijos e hijas. Muchos tratamos de buscar el momento ideal para traerlos al mundo, buscamos darles seguridad, que se formen sobre bases de valores, amor, espiritualidad. Que sean seguros para que puedan enfrentar la vida. La crianza de los hijos (as) no es tarea fácil, creo que será tarea de muchos años antes de que lleguen a ser autónomos.
Sin embargo, cómo hacerle frente a la adolescencia cuando se trae a cuestas experiencias tempranas marcadas de temor y dolor. Hay también características de personalidad, tendencias heredadas y adquiridas, residuos de dependencia y crueldad infantil que de pronto, al no estar sanas se manifiestan en la adolescencia.
Algunos estudios revelan que las conductas antisociales que florecen durante la etapa de la adolescencia pueden ser producto de una deprivación que el sujeto vivió durante su niñez; entre algunas causas citan: que la madre en un momento crítico se haya mostrado retraída o deprimida, cuando la familia se desintegró, historias de abandono; marcada porque antes de esta situación hubo una experiencia de bienestar y luego vino una interrupción después de la cual las cosas no volvieron a ser iguales. Entonces, este niño inconscientemente buscará que el mundo reconozca su “deuda” o busca que el mundo le restablezca lo que perdió.
Es importante señalar que no todos los adolescentes tienen historias de privación por lo que no deben etiquetarse como “antisociales problemáticos. Hay una “resistencia” normal que enfrenta el adolescente hacia el cumplimiento de la regla o de lo establecido. Por naturaleza ellos y ellas tienden a cuestionar las normas, pueden percibir que todo es injusto y que los adultos no respetamos sus derechos.
El problema podríamos verlo en aquel grupo de jóvenes que busca para identificarse grupos de individuos aislados, que son asiduos a conductas de riesgo y extremas, en donde los actos antisociales son vistos como formas de mostrar poder y una falsa seguridad.
Una de las preguntas que se hacen muchos padres y madres es la de porqué se aíslan. Algunos autores hablan que durante ésta etapa se presenta el “principio de aislamiento”. Este principio se basa en que el adolescente es en esencia un ser aislado y que a partir de este aislamiento, se iniciará un proceso que culminará en el establecimiento de relaciones y eventualmente en la sociabilización.
Una particularidad será el abandono parcial del aislamiento, para tratar de socializar en un grupo que comparta gustos idénticos y que si se les ataca pueden reaccionar fuertemente al ataque, pero que al desaparecer la persecución ellos vuelven a aislarse.
Sin embargo, hay casos en donde el aislamiento se convierte realmente en un problema, pues hay muchachos(as) que presentan tendencias a ensimismarse más durante esta época. Los sentimientos de inseguridad, inadecuación y la baja autoestima pueden hacer que la salida sea mediante conductas antisociales.
Estos y otros conflictos pueden presentar los y las adolescentes durante esta importante etapa.
Pero no todo es conflicto y problema. Me encantaría que me logre a acompañar en la próxima entrega en dónde conversaremos sobre cómo mantener relaciones afectivas, cercanas y sanas con nuestros adolescentes.
viernes, 3 de febrero de 2012
LO QUE NECESITAN LOS NIÑOS.
Los niños de hoy necesitan con desesperación padres que
…jueguen a tirar y agarrar la pelota, disfruten las reuniones de té o luchen porque el corazón de un niño está allí y partan a conquistarlo.
…rían hasta que les duela el vientre y las lágrimas caigan de sus ojos mientras en secreto crean profunda amistad y recuerdos que duren toda una vida.
…cometan errores pero considérenlos oportunidades maravillosas para aprender.
…coloquen en la agenda de su vida un concierto preescolar desafinado o un juego de pelota de niños de diez años, porque son de un infinito valor para aquellos que participan en ellos.
…amen en todo momento, porque el amor es un don dado libremente y no una recompensa por buenos servicios.
…escuchen mirando a los ojos y con ambos oídos, incluso cuando esto signifique arrodillarse sobre una rodilla.
…admitan cuando estén equivocados y trabajen para arreglar las cosas.
…escuchen de los necesitados y digan: ¡Hagamos algo para ayudarlos, ahora mismo! y activen un fuego incontrolable de generosidad y bondad.
…den el crédito a los demás y otorguen poder a los que impacten para que tengan éxito en todo lo que hagan.
…modelen el amor como acción, compromiso y verdad, incluso cuando duela porque crean que Dios puede obrar milagros aun en el corazón más duro.
…amen al Señor con todo su corazón, alma y mente, y sepan que el resto es solo detalles.
El corazón de cada niño late al ritmo del amor del padre.
Proverbios 22:6
Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
lunes, 23 de enero de 2012
La violencia en niños y adolescentes
Los niños acostumbran a mostrar comportamientos violentos desde bien pequeños. Los padres y otros adultos que presencian este tipo de comportamiento se preocupan por el niño, pero por lo general, “esperan que lo supere al crecer”. Hay que tomarse muy en serio el comportamiento violento de un niño, independientemente de la edad que tenga. No debemos minimizar el problema diciendo que “está pasando por una fase”.
La violencia en niños y adolescentes puede incluir una amplia gama de comportamientos: arrebatos de ira, agresiones físicas, peleas, amenazas o intentos de herir a otros, pensamientos homicidas, uso de armas de fuego, crueldad con los animales, encender fuegos, destrucción intencional de la propiedad, vandalismo, etc.
Factores que aumentan el riesgo de la violencia
Muchas investigaciones han llegado a la conclusión de que hay una combinación de factores que lleva a un aumento en el riesgo del comportamiento violento en niños y adolescentes. Estos factores incluyen:
• Comportamiento agresivo o violencia previa.
• Ser víctima de un abuso físico y/o sexual.
• Exposición a la violencia en el hogar.
• Factores genéticos (hereditarios de la familia).
• Exposición a la violencia en los medios de comunicación (televisión, radio, etc.).
• Uso de drogas y/o alcohol.
• Presencia de armas de fuego en casa.
• Combinación de factores de estrés socioeconómicos de la familia (pobreza, carencia de medios, etc.).
• Separación matrimonial, divorcio, padre/madre soltero, desempleo, falta de apoyo por parte de la familia, etc.
• Daño cerebral debido a heridas en la cabeza.
¿Cuáles son las “señales de alerta” de la violencia infantil?
Los niños que presentan el siguiente tipo de comportamiento deben ser cuidadosamente evaluados y los padres y maestros tienen que tener cuidado de no minimizar este tipo de comportamientos:
• Ira intensa.
• Ataques de furia o pataletas.
• Irritabilidad extrema.
• Impulsividad extrema.
• Frustración fácil.
¿Qué se debe de hacer si el niño muestra un comportamiento violento?
Cuando un padre u otro adulto se preocupa por el comportamiento de su hijo, tiene que seguir los pasos necesarios para llevar al niño a que se le haga una evaluación completa y comprensiva por un profesional de salud mental cualificado. El tratamiento a tiempo por parte de un profesional puede ayudar y tiene como objetivos ayudar al niño a controlar su ira, expresar su frustración y su enfado de manera apropiada, asumir responsabilidades por sus acciones y aceptar las consecuencias. Además, se tienen que tratar los posibles conflictos familiares, escolares y demás.
¿Se puede prevenir el comportamiento violento infantil?
Las diversas investigaciones demuestran que la mayor parte del comportamiento violento se puede reducir o impedir si se reducen o eliminan los factores de riesgo enumerados arriba. Lo más importante es que se reduzca al máximo la exposición del niño o adolescente a la violencia en el hogar, la comunidad y los medios de comunicación. Es evidente que la violencia genera violencia. Para reducir o prevenir el comportamiento violento se pueden utilizar las siguientes estrategias:
• Prevención del abuso infantil (a través de programas sobre la crianza de los niños, apoyo a la familia, etc.).
• Educación sexual y programas para enseñar a los adolescentes a criar a los niños.
• Programas de intervención temprana para niños y jóvenes violentos.
• Supervisión de la violencia que ven los niños en los programas de televisión, vídeos y películas.